miércoles, 4 de enero de 2012

Alumnos gigantescamente motivados

Cuando se afirma que un alumno es superdotado si confluyen tres características, alta inteligencia, creatividad e implicación en la tarea, siguiendo el modelo de los tres anillos de Renzulli, en realidad se está dando a entender que éste debe poseer una inteligencia, una creatividad y una motivación gigantescas. Se funden y confunden los conceptos "altas" y "altísimas" (total, da igual ocho que ochenta), de modo que se le exige al alumno examinado una manifestación tan evidente de estas tres características que la criba en el arranque es brutal. Ahí están los datos relativos a las identificaciones reales comparadas con las teóricas según el modelo clásico basado en el CI, en torno al 0,6% del total estimado.

 

En esta entrada reflexionamos en modo ligero sobre uno de los tres requisitos: la gigantesca motivación. Ya hemos comentado en el arranque del blog la relatividad de la noción de "altura". Ahora nos centramos en el tipo de motivación que esperamos encontrar.

 

En teoría se entiende que esta motivación debe ser intrínseca, emanar del alumno y centrarse sólo en sus áreas de interés. Sin embargo, la realidad de la identificación es otra: se espera que tenga una altísima motivación extrínseca. Con otras palabras, se supone que lo que le vamos a proponer tiene que motivarle de modo extremo, sin reflexionar antes si esa propuesta es atractiva para el alumno. Nos centramos en la bondad de los contenidos y no en su adaptabilidad a los intereses del alumno.

 

Con este panorama, ¿qué resultados esperamos obtener? ¿Qué cambios pueden producirse?

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